Con la llegada del otoño conviene iniciar los tratamientos para activar las defensas naturales del cuerpo. Curiosamente aparecen los primeros catarros, en la misma época que surgen las primeras setas silvestres en el bosque, algunas de ellas auténticos alimentos medicamento debido a sus propiedades inmunoestimulantes.
Silvestres o cultivadas
Las setas de temporada solo están disponibles en el período otoñal, en cambio las cultivadas se pueden encontrar durante todo el año. Este es el caso de la seta shiitake, cuyo nombre japonés, con el que se conoce en todo el mundo, significa “seta de roble” (de shii, roble y take, seta). Su nombre botánico, Lentinula edodes, viene del latín lentinula, que significa lente, haciendo alusión a su forma, y edodes, cuya traducción es comestible.
La seta shitake es originaria del extremo oriente, donde se cultiva desde hace más de mil años, tanto por su apreciado sabor, como por las propiedades terapéuticas que le atribuye la medicina oriental.
En Occidente se ha ido difundiendo su consumo a partir de mediados del siglo XX, al tiempo que también se iban introduciendo otros elementos de la cultura oriental, como las cocinas china y japonesa, la medicina tradicional china, la alimentación macrobiótica, el tai chi y las artes marciales.
Asimismo su producción se ha ido extendiendo a muchos países occidentales, debido a la gran demanda que existe. En la actualidad es el segundo hongo cultivado que más se consume en el mundo, solo por detrás de los champiñones.
Inmunoestimulante natural
La shitake es una de las setas con propiedades terapéuticas que más se han estudiado, principalmente debido a su acción estimulante sobre el sistema inmunitario, la cual de manera empírica, ya era conocida en Oriente desde hace siglos.
Según relatan antiguos textos de medicina china del siglo XIV, la shiitake tonifica la energía defensiva, nutre la sangre y fortalece la energía vital. Lo que equivale a decir que potencia la autodefensa del cuerpo y revitaliza el organismo, aumentando así la capacidad para hacer frente a la enfermedad y la longevidad.
Entre los estudios que avalan sus virtudes, cabe destacar el que se llevó a cabo en la Universidad de Michigan en 1966, demostrando la eficacia de la shiitake frente a los virus de la influenza tipo A, causante de epidemias. Los resultados revelaron que las lesiones pulmonares de los afectados que siguieron el tratamiento con esta seta, fueron el 46% menores que en el resto de pacientes.
Prevención
El efecto fortalecedor sobre el sistema inmunitario se debe a que activa la producción de interferón, glucoproteína celular natural que se forma cuando el organismo es atacado por virus para defenderse de estos. También estimula la producción de linfocitos T y macrófagos, células sanguíneas que juegan un papel determinante en la inmunidad.
Todo ello hace que la seta shiitake sea de gran ayuda en el tratamiento y prevención de afecciones víricas como catarros, gripes y herpes, entre otras, además de ser un gran apoyo en el tratamientos de los grandes déficits inmunitarios, como el cáncer, el SIDA y otras inmunodeficiencias.
Beneficios cardiocirculatorios
Las shiitake, al igual que las setas reishi y maitake, son de utilidad en la prevención de las alteraciónes cardiovasculares, como la hipertensión arterial, trombosis, o infarto de miocardio. Contienen lentionina, una sustancia que actúa como antiagregante plaquetario, contribuyendo a evitar la formación de trombos.
Otra sustancia presente en esta seta es la lentinacina, la cual ayuda a mantener unos niveles adecuados de colesterol y triglicéridos en sangre, mejorando la salud cardiovascular.
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